Divine Teachrs — about Themselves

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Sarkar

Estábamos sentados cerca de una hoguera. Un bosque espeso de abetos nos rodeaba. Todavía no amanecía.

La hoguera llameaba y su fuego no solamente calentaba, sino también embelesaba bailando con sus lenguas y emanando de vez en cuando los flujos de chispas, las partículas pequeñas de fuego.

Vino el Sarkar Divino.

Justamente en ese momento Vladimir Antonov estaba recordándonos cómo, en cierto tiempo, habíamos estado aprendiendo a mirar la hoguera desde nuestros anahatas*. En cambio, ahora ya éramos capaces de crear una gran hoguera en nuestros anahatas expandidas y luego convertirla en el Fuego Divino para brillar, siendo un Sol de Dios, al mundo material a través de nuestros cuerpos.

Aprobándolo, Sarkar dijo:

—¡Ésta es Mi meditación también, la que Me ayudó a crecer mucho espiritualmente en cierto tiempo!

Después Él continuó dirigiéndose a Vladimir:

—Mi contacto contigo no ha sido difícil, porque tu percepción y la Mía del Camino hacia el conocimiento del Creador eran iguales.

Sarkar muestra cómo Él también, cuando era encarnado, paseaba por la playa, se expandía como un corazón espiritual sobre la inmensidad del mar, «caía» en las profundidades de la multidimensionalidad en los sitios de poder adecuados, lavaba el cuerpo con los flujos de la Luz-lluvia Brahmánica y convertía la visualización del fuego de una hoguera en el Fuego Divino.

—Sus caminos hacia el conocimiento de lo Supremo son muy familiares para Mí. Los conozco como si estuviera recorriéndolos con ustedes. ¡Pues Yo también era el Maestro del Kundalini yoga y cumplí sus tres escalones conocidos por ustedes!

»En el primer escalón, es necesario acercar la energía Kundalini* al cuerpo y hacerla pasar a través de éste.

»En el segundo escalón, hacemos lo mismo, pero a otra escala, a saber, «descomprimimos» la energía Átmica de la Kundalini, lo que permite alcanzar un nuevo nivel del conocimiento de uno mismo como el Yo Superior.

»En el tercer escalón, es necesario aprender a ser Aquel Que ayuda a los demás en dicho proceso.

Después de una pausa, Sarkar continuó:

—Trata de recordar lo que te enseñé en cierto tiempo sobre la Unión: el «Yo» de Dios y el «yo» de una persona se unen según las leyes de Amor. ¡Amor se une con amor! ¡Los dos se unen formando Uno Solo, y entonces hay sólo el Único Yo!

»Puedo describir la esencia del Kundalini yoga de la siguiente manera:

»Un alma humana desarrollada permite conscientemente al «Yo» Divino entrar en sí y combinarse de tal manera que la Unión total tenga lugar. Entonces se abre el paso, a través del cuerpo humano, para el Flujo Unido de Amor, en El Cual no existe la división en el «Yo» de Dios y el «yo» del alma. Así el practicante espiritual obtiene la percepción total de la Divinidad.

»También soy el Maestro del Fuego Divino Átmico. Ustedes podían haberlo notado viendo cómo Me manifestaba antes ustedes.

»El Camino del Kundalini yoga y el Camino del Agni yoga no se contradicen entre ellos ni tampoco se cruzan, pero pueden combinarse lógicamente. Así pasó en Mi caso y en el suyo.

»Con todo, para la facilidad de la percepción de los lectores de su futuro libro, estoy separándolos ahora con el fin de examinar cada uno desde el principio hasta el fin.

»Última vez Yo vivía en la Tierra en la parte norteña de la India. No era una encarnación ordinaria: la acepté siendo una conciencia ya desarrollada que tenía una intención definida, formada ya en Su estado no encarnado. Esto Me ayudó a progresar rápidamente durante la encarnación.

»Desde la misma niñez Yo buscaba el conocimiento. Tenía el anhelo de conocer la estructura del mundo, penetrar en sus misterios y transformarme para dominar nuevas habilidades.

»Ni tesoros materiales ni amor terrenal, nada Me atraía tanto como lo desconocido, oculto detrás de la cortina del firmamento estrellado, o como lo invisible, que nutre toda la diversidad de la vida alrededor. Nada Yo deseaba tanto como penetrar detrás del velo que ocultaba este conocimiento.

»Pude satisfacer Mi sed sólo cuando maduré. Entonces fui iniciado en las tradiciones donde practicaban, entre otras cosas, el trabajo con el Fuego. Claro está que no fue el fuego físico, sino el Fuego no material, llamado sagrado, purificador.

»En la etapa inicial el practicante debía aprender a utilizar la visualización de fuego para trabajar con ésta dentro del cuerpo. Sin embargo, no era la visualización de una llama agitada, sino de fuego tranquilo, estable y regular, similar a aquel que ondea suavemente sobre las brasas de una hoguera encendida hace mucho tiempo.

»Empezamos este trabajo colocando la visualización de una llama pequeña en el centro del tórax y luego la ampliamos cada vez más para que llene el espacio entero del pecho.

»En la siguiente etapa debíamos aprender a dirigir el fuego del área de tórax a otras partes del cuerpo. Así limpiamos los brazos y piernas y también los meridianos. Influenciando con este fuego sobre otras estructuras energéticas del cuerpo, las purificamos de las energías groseras indeseadas.*

»Al final de esta etapa del trabajo con el cuerpo, el discípulo debía limpiarlo totalmente y «quemar» con el fuego sagrado todo lo innecesario para que el espacio dentro del cuerpo se haga homogéneo.

»Luego los discípulos comenzaban el trabajo con otro tipo de Fuego, Que, como ustedes lo saben, llena el núcleo de nuestro planeta en el plano no material. Era una etapa totalmente distinta, porque desde entonces los discípulos tenían que aprender a percibirse y actuar no como conciencias pequeñas dentro del cuerpo, sino como conciencias grandes, capaces de apartarse lejos del cuerpo y unirse con el Mar de Fuego en la profundidad.

»En esta etapa uno de los ejercicios consistía en unir el espacio dentro del cuerpo con el Mar de Fuego Divino Viviente.

»El practicante también debía aprender a actuar desde el estado de Mar de Fuego: estirar sus brazos desde allí, influenciar con éstos sobre algo y sanar con este Fuego a los demás.

»En aquella Escuela sabían que más profundo del Mar de Fuego existe el espacio de la Luz Clara y que esta Luz es superior al Fuego.

»Habiendo encontrado el paso a esta Luz, el practicante dominaba la Unión con Ella.

»Cuando la Unión con la Luz llegaba a ser muy estable, el practicante aprendía a irradiarla a través del anahata del cuerpo al mundo material y a las personas.

»Se consideraba que el practicante logró el éxito definitivo en este Camino cuando pasaba a vivir en la Luz, es decir, obtenía la habilidad de ser Ella casi constantemente, controlando al mismo tiempo su cuerpo en el mundo material.

»En aquella encarnación llegué a ser un faquir y podía encender con la Conciencia cualquier llama: desde la llama física hasta la Divina. Demostraba los misterios sagrados como trucos; en esto somos colegas con David Copperfield.

»Tenía una compañera admirable, Mi esposa y a la vez Mi ayudante en todo. Ella poseía la facultad asombrosa de sentir al compañero. Trabajar juntos para el público fue un deleite y enseñarle a Ella, una dicha.

»Ella se convirtió en la madre de la dinastía de los faquires Sarkares.

»Ahora Ella (más exactamente, Él) está encarnada y continúa la gran obra dedicada al desarrollo del arte de la Magia Divina de Amor.

 

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