Bahá'u'lláh — Los Siete Valles, los Cuatro Valles

(…) ¡Te revelo los sagrados y resplandecientes presagios de los valles de la gloria para atraerte a la corte de la santidad, de la proximidad y de la belleza y para llevarte a la cumbre, donde no verás nada en la Creación, más que la Faz de tu Amado!

¡Paz a aquel que sigue el Camino Recto!

El verdadero buscador busca sólo el objeto de sus anhelos y el amante no tiene otra intención, más que la Unión con su Amado.

Sin embargo, quien busca no encontrará a menos que sacrifique todo. ¡Esto significa que el buscador debe desechar todo lo que ha visto, oído y entendido (anteriormente) para entrar en el Reino del Espíritu, Que es la Ciudad de Dios!

Hemos de trabajar si deseamos encontrarlo; hemos de arder si esperamos probar la miel de la Unión con Él; y habiendo probado un poco de esta copa, rechazaremos el mundo perecedero.

El viajero en esta peregrinación habita en cualquier país y en cualquier tierra. En cada rostro el viajero busca la belleza del Amigo, en cada país busca al Amado. Entra en cualquier reunión y busca la afinidad con cada alma, pues es posible que en alguna conciencia descubra el misterio del Amigo y en algún rostro perciba la belleza del Amado.

Si con la ayuda de Dios el viajero encuentra en este camino huellas del Amigo, Quien no deja las huellas, y, a través del mensajero celestial, inhala (Su) fragancia (…), entrará directamente en el Valle de Amor y se derretirá en su Fuego.

¡Sorprendentemente, los despreocupados siguen persiguiendo oropel y oro, aunque el Amado es tan visible como el Sol!

¡Libérate de lo que ansía tu pasión (terrenal) y después da un paso al encuentro con tu Señor!

¡Límpiate de todo que no sea Él para entregar tu vida a Su Amor!

La pobreza de la cual hablamos aquí significa no codiciar las cosas del mundo creado y ser rico en las cosas del mundo de Dios.

En cuanto el verdadero amante y amigo fiel alcance la presencia del Amado, las chispas de Su belleza y el calor del corazón del amante encenderán una llama y quemarán todos los velos y todas las envolturas. ¡Oh sí, todo lo que el amante posee —desde el corazón hasta la piel— se encenderá con el Fuego, en el cual nada sobrevivirá, más que el Amigo!

¡Evita acercarte al umbral de lo Verdadero si todavía posees cualidades terrenales!

¡En verdad, pertenecemos a Dios y a Él volveremos!

Jamás nos ocurrirá algo que no sea predestinado por Dios.

(…) Uno de los profetas de Dios preguntó: «Oh, mi Señor, ¿cómo he de alcanzarte?», y la respuesta fue: «¡Niégate a ti mismo y entonces Me alcanzarás!».

(…) El amor es la Luz Que nunca penetrará en el corazón poseído por el miedo.

¡Paz a aquel que sigue el Camino Recto!

(Selected excerpts from [21])