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Sacral
—Sacral, ¿cómo alcanzaste la Divinidad?
—Yo era un servidor de Dios.
Sacral nos muestra su estado antes de la Unión con el Creador y cómo él llegó a la realización de la Unidad:
Era un gran sacerdote, un gran servidor de Dios. Muchas encarnaciones anteriores fueron dedicadas al crecimiento espiritual. Así él se transformó en un alma grande y pura que se parecía a un templo en el cual el Creador de todo lo existente fue adorado como la Luz, como el Fuego Divino. Sacral, como una conciencia brillante, era parecido a una cúpula transparente que se elevaba hasta el cielo y superaba considerablemente el tamaño de cualquier templo terrenal.
No existía en su vida nada, salvo su amor-admiración por Aquel a Quien sirvió y su amor-compasión por las personas. Y el respeto del pueblo por él también era grande.
Luego pasó lo siguiente:
Él estaba de pie en un templo vacío. El cuerpo se veía diminuto en comparación con el espacio dentro del edificio. Luego él empezó a realizar la siguiente meditación: «Está sólo Dios y la presencia ante Él con la entrega total a Él». Y entonces la gran alma comenzó a entrar fluyendo en el Océano del Creador, perdiendo su separación e individualidad. Tuvo lugar la entrega completa del «yo» individual, la renuncia de la grandeza terrenal, de los honores y de la gloria merecidos por una vida virtuosa y el gran servicio. Él renunció a la existencia como un alma individual, purísima e inmensa, la que en aquel momento se entregaba a Dios como una ofrenda hasta disolverse completamente en Él.
¡De esta manera los ríos de las encarnaciones similares desembocan en el Océano como las cascadas de las vidas, cascadas cuyo poder en el último salto, en el último acorde, disolviéndose, se convierte en la Eternidad de la Existencia del Único Dios, en el Éxtasis de Su Existencia!
Después Sacral mostró Su cuerpo que quedó vacío y muerto en el piso del templo. El Océano miró allí. Y entonces el templo y todo alrededor se llenó de Él y el Sacral Divino se elevó sobre la tierra.
Luego Él enseñó Sus numerosos Brazos no materiales y pidió fijarse en Éstos.
Cada Dedo de aquellos Brazos tocaba un alma. Cuando una persona, aun sea por un momento, dirigía en su corazón los ojos del alma a Dios, esto fue percibido por los sensibles Dedos Divinos. Esto es lo que contituye la base de la Omnisciencia Divina: que cada alma está en la punta de uno de Sus Dedos y está constantemente percibida.
Al conversar conmigo, Sacral caminaba como una Columna del Fuego Divino, La Que se movía sobre la superficie de la Tierra, pero Que dimanaba de la Profundidad. Él me sugería aprenderlo.
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