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Kim
Una sonrisa amplia, fuertes Brazos de la Conciencia abrazándonos con dulzura, la Ternura Divina… ¡Es nuestro Amigo Kim!
—¿Me permiten contarles Mi historia?
—¡Claro, Kim, por supuesto!
…Corea… Kim nos muestra un monasterio budista en las montañas. Senderos cuidadosamente pavimentados, árboles y arbustos plantados. Un arroyo de montaña fluye a través del territorio del monasterio y embellece cada uno de sus rincones. Llena los lagos, se desplaza filtrándose entre las piedras y balbucea en pequeñas cascadas…
Aguas transparentes corren sobre las piedras… Un sonido agudo y puro de campanas flota alrededor: el viento las roza suavemente y su sonido claro llena el aire transparente…
Kim continúa:
—El budismo en su pureza original es, antes que nada y principalmente, la ética. También implica percibir la armonía del mundo. Además es la calma.
»¿Alguna vez han pensado en el significado de la palabra Boddhisattva? Boddhi o buddhi significa “conciencia (individual) desarrollada”; sattva significa “armonía”, “pureza”… Cada uno tiene que esforzarse para alcanzar el estado de Boddhisattva con el fin de dedicar la propia vida a salvar a todas las almas del abismo del sufrimiento.
»Y todos pueden, finalmente, convertirse en un Buda, es decir, en Aquel Que se ha liberado completamente.
»El principio fundamental del budismo, ahimsa, implica no causar daño, en lo posible, a otros seres. Este es el fundamento del amor-compasión. Quien observa esta regla en su vida está en el Camino hacia la Luz…
»Aun cuando Yo era un niño, Me gustaba ser un defensor. Me gustaba proteger la vida de los insectos, de los pájaros y las plantas. Mi abuelo Me explicó por qué el hombre no puede utilizar los cuerpos de los animales como alimento, por qué debemos esforzarnos en evitar causar dolor a otros seres vivos… Con alegría Me consideraba a Mí mismo un defensor y salvador de insectos y conejos, mariposas y pichoncitos de aves, ¡de todas las criaturas! Yo tenía sólo cinco años cuando acepté para Mí mismo la “misión” de defender a todo lo viviente.
»Pero un día… Mis hermanos y Yo jugábamos con un pichón que se había caído de su nido. Accidentalmente quebré su pierna. Yo estaba a punto de llorar. Mi abuelo me miró con desprecio y explicó a los niños mayores cómo tratar al pichón. Luego el abuelo Me explicó que Mi diversión se convirtió en dolor para este pequeño pajarito…
»Desde ese momento comprendí totalmente el principio sagrado de no hacer el mal, no causar dolor, no ejercer violencia sobre las demás criaturas vivientes… Desde ese momento, nunca lo he violado.
»Cuando crecí, Me enamoré de una chica hermosa. Ella se convirtió en Mi esposa y madre de nuestros tres hijos.
»Una vez llegó una epidemia terrible que se llevó muchas vidas. Mi esposa y niños también murieron… Yo… no pude proteger de la enfermedad y la muerte a aquellos a quienes amaba…
»Entonces tomé la decisión de convertirme en aquel que posee el Conocimiento Superior sobre cómo cuidar y proteger…
»En ese momento, los monasterios en Corea eran centros donde las personas aprendían a leer y a escribir, aprendían medicina y el conocimiento de la Conciencia Primordial. Normalmente, sólo los hijos de las familias nobles eran enviados a los monasterios para recibir educación.
»Y Yo tenía casi 40 años… Caminé de un monasterio a otro, pero nadie convino en aceptarme como estudiante. Me ofrecieron cobijo y un trabajo sencillo, pero cuando Yo pedía por más ellos sólo se reían de Mí…
»Una vez, luego de recibir otra negativa por parte de un monje arrogante, Me dirigí hacia el portón… De repente… vi a un Gran Sabio caminando lentamente fuera del templo… Nuestras miradas se cruzaron. Hizo un leve gesto con Su mano y el monje, postrándose ante Él, saltó y corrió llamándome para que vuelva…
»Desde ese momento, Me sentí como en un sueño, aunque recuerdo hasta los más mínimos detalles.
»¡Él era un Gran Maestro! El Amor y la Sabiduría brillaban de Sus ojos.
»Él Me hizo un gesto para que Me acerque. ¡Fui hacia Él como a través de una corriente de agua, olvidándome de todo lo que había alrededor!… Olvidé, incluso, arrodillarme ante Él… Él sonrió y tocó Mi cabeza con Su mano… Sólo entonces Me compuse y Me postré ante Sus pies…
ȃl dijo calmadamente:
»—Yo te enseñaré…
»Estas palabras Me tocaron muy profundamente… ¡El sueño del alma había terminado! ¡Comenzaba el despertar!
»Él ordenó que se Me diera la posibilidad de bañarme, de alimentarme y que Me llevaran a una celda en el monasterio… También dijo que Me esperaba al día siguiente, antes del amanecer.
»A la mañana siguiente, antes del amanecer, Me llevaron hasta Él. Hizo un gesto con Su mano y los monjes nos dejaron solos.
»—¿Qué es lo que quieres? —preguntó.
»Comencé a contar Mi historia… Me interrumpió en la mitad:
»—Sé todo lo que necesito saber sobre Ti. Dime otra cosa: ¿estás listo para servir a la Gran Causa desde ahora en adelante, hasta que todas las almas en la Tierra alcancen la Liberación?
»—¡Sí! —susurré.
»—Entonces, debes compensar los 40 años de tu vida… ¿Estás listo para trabajar para que cada día traiga los frutos de cuarenta días? Debes recuperar el tiempo perdido y nunca estar satisfecho con los resultados obtenidos. Yo te ayudaré. Pero al comienzo, otros monjes te enseñarán. Te llamaré más tarde… Y ahora sígueme.
»Caminamos hacia la terraza del templo…
»El sol se elevaba sobre las montañas. La neblina azul se convertía en un mar de luz viviente y brillante que se derramaba sobre el valle. En silencio, en la quietud del gran misterio de la Luz y de la Vida el sol se elevaba sobre el horizonte. Estábamos de pie: un Gran Maestro y un hombre de cuarenta años de edad que recién iniciaba el conocimiento del camino del alma hacia la Luz para luego guiar a otras personas en él…
»Luego todo fue como debía ser. Me instruí en ciencias y meditación, teniendo en mente que cada día Yo debía conseguir lo que otros lograban en un mes…
»Un día, en la tarde, después del trabajo duro, comencé a meditar en Mi celda. De repente, el Maestro apareció delante de Mí. Yo me postré ante Él e intenté tocar Sus pies…, pero Mis manos pasaron a través de Sus piernas: ¡Él vino hacia Mí en un cuerpo no material!… Se rió con todo Su Cuerpo brillante de la Conciencia, mientras Yo, atónito, Me sentaba en el suelo…
ȃl dijo sin mover los labios:
»—¡Bien hecho! Tú Me ves y Me entiendes bien. Ahora ve a la cama. Necesitas un buen descanso. A partir de este momento, Yo Mismo te enseñaré. Cada mañana deberás comenzar con la meditación y esperar por Mí. Yo vendré como lo hice hoy…
»De esta manera comenzó la etapa de Mi iniciación en el buddhi yoga.
»Sólo ocasionalmente Mi Maestro Me llamaba para darme explicaciones adicionales a través de Su cuerpo material. Aprendí a sentir Su presencia no sólo durante las meditaciones de la mañana: sino que, en cada situación difícil, Yo podía consultarle a Él y recibir Su respuesta con palabras o en forma de pensamiento. Cuando Me confiaba demasiado en Su apoyo, Él no respondía: Él venía, pero Yo sólo percibía Su silencio de desaprobación. En tales casos, comprendí que debía buscar la solución por Mí Mismo.
»Una vez Él vino y Me dijo que estaba abandonando Su cuerpo terrenal…
»El Gran Uno se había marchado… El monasterio estaba de luto…
»Me sentí abrumado por la pena… A la mañana siguiente Me costó mucho esfuerzo entrar en la meditación… Subí a una plataforma desde donde se podía observar el amanecer… Traté de expandirme con la conciencia sobre la gran extensión, pero lágrimas brotaron de Mis ojos…
»Alguien tocó Mi hombro… Levanté Mis ojos y… vi al Maestro…
»—¡Te dije muchas veces que la muerte no existe! —dijo sonriendo.
»Me postré ante Él y, para Mi asombro, toqué Sus pies. ¡Su cuerpo material era real! ¡Podía tocarlo!
ȃl dijo:
»—Hace algún tiempo, prometiste que no perderías ni un solo día de tu trabajo y que dedicarías toda tu vida al conocimiento del Camino, para luego ayudar a otros en su búsqueda de la Luz. ¿Lo recuerdas?
»»La próxima vez, cuando recibas la supervisión del monasterio, vendré en un cuerpo material para felicitarte. Ahora tú no necesitas Mi cuerpo para seguir aprendiendo de Mí… Yo continuaré enseñándote sin él…
»El Maestro cumplió Su promesa.
»Sin embargo, esto sucedió en Mi siguiente encarnación…
»Aquella vez Yo tenía el nombre de Kim. En Mis meditaciones Lo veía a Él constantemente, a Mi Maestro.
»El camino hacia la Unión con la Conciencia Primordial Me era fácil y recto. Yo alcancé el Nirvana en Unión con Él, y luego acepté la supervisión del monasterio. Ese día sucedió el milagro predicho: Mi Maestro Divino llegó en un cuerpo material y bendijo una nueva etapa de Mi camino, la etapa del Gran Servicio.
—Kim ¿podrías decirnos con más detalle qué métodos eran utilizados en el monasterio para lograr el Nirvana?
—Los métodos del buddhi yoga son casi los mismos en todas partes. Sólo difieren en algunos matices. Todos ustedes los estudian en su Escuela y tienen un buen conocimiento de esto.
»Ahora quisiera hacer énfasis en lo siguiente. Para lograr el éxito, es muy importante (¡de lo contrario es simplemente imposible!) mantenerse siempre en un estado emocional positivo, alegre y tranquilo.
»Uno no debe vivir sin emociones positivas, ¡sin disfrutar y disolverse a sí mismo en el disfrute! Un ejemplo familiar para ustedes es la disolución en el sattva de su amada naturaleza, ¡que también es muy querida por Todos Nosotros! El Nirvana se puede lograr fácilmente luego de dominar completamente las profundidades de sattva, ¡el estado de la calma alegre, de la tranquilidad interior dichosa!
»Para lograr este propósito, ¡se necesita estar satisfecho! Estar insatisfecho con algo, que esa insatisfacción sea dominante, representa un obstáculo importante en el Camino.
»Debe haber sólo una insatisfacción, ¡insatisfacción con el propio avance espiritual al no haber alcanzado el conocimiento completo de la Conciencia Primordial y la Unión con el Ser Superior! Esta insatisfacción debe permanecer e… ¡impulsarnos hacia delante!
»¡Todas las otras necesidades del alma sáttvica deben estar satisfechas! La comida debe ser sáttvica y sabrosa; sin embargo, ¡no se debe comer demasiado poco ni en exceso! El cuerpo debe ser lavado diariamente, ¡de modo que éste y el alma no sufran a causa de la suciedad! ¡Uno tiene que ser capaz de comulgar con la naturaleza viviente y disfrutar de ello! ¡Uno debe reunirse con las personas queridas! ¡Satsanga es una sociedad, una comunidad de amigos espirituales que se aman el uno al otro, que “viajan en un bote” desde la orilla del samsara hacia el lugar donde sólo existe el Nirvana!
»¡También es muy importante, aunque no todos lo entiendan, el darle una oportunidad a la sexualidad propia de todos los individuos jóvenes y saludables de manifestarse y de contribuir al desarrollo espiritual de los amantes!
»¡Los monasterios son lugares donde los guerreros espirituales, quienes aspiran al conocimiento de la Conciencia Primordial, se unen y trabajan duro! Los monasterios no son para aquellos que se torturan a sí mismos, quienes esperan la muerte y tienen miedo de hablar sobre la sexualidad… ¡Esto es tamas!
»¡La sexualidad sana y sáttvica le permite a uno aprender a cuidar de los demás, lo llena a uno de ternura, refina las propias emociones y elimina el dominante sexual no deseado, el cual dificulta el conocimiento del Creador! Por supuesto, el componente ético debe ser siempre observado en las relaciones sexuales.
»Si todo se hace correctamente, como debe ser, la pureza y frescura de las emociones del campo erótico como la ternura, las caricias y la admiración de la belleza, nos llenan y nos entregan una energía sutil superficial, que es necesaria para el correcto desarrollo de la conciencia.
»Dios siempre bendice tal sexualidad; Él no bendice la sexualidad de la guna tamas. Pueden preguntar a alguien sobre esto, pregunten a Jesús el Cristo, por ejemplo.
Jesús:
—Sí, Yo también opino esto. Cada Uno de Nosotros, los Representantes del Padre, podemos decir lo mismo. El Camino hacia Mí, hacia el Padre Divino, es a través de sattva, no a través de tamas.
»También quiero subrayar la importancia del silencio interior… Se puede lograr sólo si, entre otras cosas, hay una satisfacción armoniosa de la propia sexualidad. ¡O cuando la propia sexualidad queda en el pasado, pero la ternura del alma permanece!
Kim:
—Yo les presenté a Tchao Li. ¿Qué les pareció Ella?
—¡Ella es el Ser Divino más tierno y sutil!
—¡Ella es Mi segunda esposa! Ella también conoció todo esto. ¡Me apoyó y La traje Conmigo a la Morada del Creador!
—¿Kim, cuál era el nombre de Tu Maestro?
—¡Lin!
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