Divine Teachrs — about Themselves

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Yamamata

Estamos en un bosque de abetos con pantanos llenos de musgos de turbera. Nos acercamos a una colina grande cubierta de los abedules. Antes de subir, ya empezamos a percibir las «aberturas» en las dimensiones espaciales sutilísimas. Además, se ven muy claramente las fronteras entre los estratos del Absoluto, similares a la membrana que existe en un recipiente entre el agua y el aceite trasparente. En este lugar es muy oportuno familiarizar a los discípulos novatos con la estructura del Absoluto multidimensional.

Pero lo más interesante e impresionante se ve en el otro lado de la cima de la colina. ¡De allí sube y brilla el Sol Divino no material, la manifestación de un Alma Divina!

Entramos con los cuerpos en Ella y, como almas, nos disolvemos en Su Dicha Suprema.

Luego nos conocemos.

—Mi nombre es Yamamata. Yo soy de la Tierra del Sol Naciente, de las Islas Kuriles que se encuentran en el archipiélago japonés. Sin embargo, Me encarné allí cuando estas islas todavía no pertenecían al Japón.

»Este país se lo llaman el país de sol naciente. Y Me desarrollaba como el Sol que sube desde el horizonte del océano como “desde el fin de la tierra”.

—¿Estabas vinculado con el Emperador Divino?

—No. Estuve encarnado siglos antes que Él y no tengo nada que ver con el arte de la espada.

»Nosotros tuvimos una comunidad que vivía como una familia. Adoramos al sol como la manifestación de Dios y practicamos la unión con éste como con un Alma Divina. Al principio nos ampliamos como corazones espirituales sobre el océano, después nos convertimos como conciencias en el sol sobre el horizonte, luego detrás de éste y luego, más bajo de éste. Así, como ustedes ya lo saben, nos quedaba muy poco por hacer y sólo un paso nos separaba de la Morada del Creador.

—¿Qué puedes aconsejarnos ahora?

—¡Crece su hogar espiritual para las personas del planeta entero! ¡Éste ya está calentando los corazones de muchos! ¡No se apaguen como se apaga una hoguera terrenal! ¡Que la Llama Celestial del Padre, Su Luz Divina comience a brillar a través de ustedes para toda la Tierra! ¡Yo les ayudaré! ¡Yo actuaré a través de sus cuerpos!

»¡Pongan énfasis en esas personas que pueden brillar como Yo!

»¡Mi Sol sube para aquellos que tienen los corazones fieles a Mí!

»Si el corazón está totalmente abierto a Mí, entonces puedo entrar allí con Mi Sol y éste empieza a brillar con Mi Luz.

»¡Soy el Representante de la religión más antigua de la Tierra, religión donde adoraban al Sol, el Sol de Dios!

»El sol sube para brillar. ¡Y esto es el principio fundamental del trabajo con el Sol de Dios!

Anota lo que voy a decir y entonces en el silencio, entre las líneas, aparece un poco de Mi Existencia:


El alba…

El sol sube sobre el Océano.

¡El sol sube!



El sol

que acaricia con sus rayos el agua…

¡Llegó la mañana!


La Tierra…

La Tierra que nació de la Luz entre las aguas,

¡Está viva!


¡El océano!

La grandeza de las agua abrazó

la Tierra tiernamente…


Una isla pequeña,

en medio de las vastedades infinitas,

A solas con el Océano.


¡El Sol de Dios!

¡Su vida es regalar la Luz!

¡Mira como Éste sube!


¡Soy una puerta que lleva Allí!

¡Allí donde hay sólo Luz!

Entra…


»¡Yo quisiera regalarte el estado del Sol ascendiente de Dios, el estado de Alba, que siempre estará contigo!

¡Cuando te conviertes en el Sol Ascendiente, tu corazón se convierte en la Fuente Abundante de Amor!

—¡Cuéntanos, por favor, un poco sobre Ti, sobre la cultura y tradiciones de Tu pueblo, sobre Tu aprendizaje!

—¡Escuchen! ¡Pero háganlo de tal manera que puedan experimentar todas Mis meditaciones e imprimirlas en la memoria de la conciencia!

»En aquellos tiempos remotos, en las islas que mencioné al principio vivía una comunidad que tenía una cultura espiritual muy desarrollada. El clima era cálido; el estilo de vida, sencillo y la nutrición, limpia. En particular, comíamos cereales, frutos y plantas del mar.

Usábamos botes livianos semejantes a las canoas modernas que tenían, sin embargo, quilla para la estabilidad. En estos botes nadamos entre las islas, recogiendo las plantas de mar y meditando.

¡Yamamata muestra la vastedad oceánica ilimitada! Suaves olas ondean. ¡El cuerpo humano y el bote son diminutos comparando con la vastedad!

—¡El «océano» del aire-luz estaba arriba y el «océano» del agua-luz, abajo! ¡En esas condiciones los corazones espirituales crecían y se ampliaban efectivamente!

»También era habitual bucear a la gran profundidad en el agua, penetrada con la luz solar, y recoger, sin prisa, las plantas de mar. Esto fue lo que nos enseñaron desde la niñez. Por lo tanto, la habilidad de bucear con la retención de la respiración era natural. También aprendimos a percibirnos como toda la tattva* de agua.

»Era muy fácil dominar y enseñar la meditación, puesto que el concepto del mundo de esta comunidad incluía el conocimiento sobre Dios y sobre el significado de la existencia de las almas en las envolturas corporales.

»En breve, este significado fue formulado de la siguiente manera: “La Tierra es una pequeña isla de la vida ‘manifestada’ en el Océano Infinito Multi-profundo de Dios. El Océano contiene en Sí muchas isletas de la existencia ‘manifestada’. ¡Cada uno, encarnado en la isleta, debe crecer hasta obtener la sutileza propia de las Profundidades y equivalencia al Océano, para después entrar en Éste!”.

»El Sol del mundo material fue el símbolo del paso que lleva al Mundo de la Luz-Fuego, Luz-Fuego que permanece en las Profundidades del Océano. La Imagen del Sol, así mismo como yantra de Nirvana, permitía a la conciencia pasar “al otro lado” respecto al mundo “manifestado”. Y Allí uno debía aprender a experimentar sus brazos, nadar con su ayuda, sumergirse cada vez más profundamente y disolverse.

—¿Lograste obtener la inmortalidad de Tu cuerpo material, Yamamata?

—Tuvimos otra tradición. Aquellos que se acercaban a los escalones últimos del Camino dominaban «la intención de la encarnación». Esto permitía obtener, mediante nacimiento natural, un nuevo cuerpo material con la calidad superior de sus energías y, además, mantener la memoria de la conciencia.

»¡Claro está que esto es posible siempre y cuando la comunidad de las personas sea altamente espiritual y la educación y crianza correctas permitan a “acordase de Uno Mismo” fácilmente!

»Los intervalos entre encarnaciones eran cortos y unas encarnaciones de este tipo Me permitieron terminar fácil y completamente el programa de la evolución “personal”.

»En las últimas etapas aprendimos a vivir percibiendo el mundo material desde el otro lado, desde el Creador. Permaneciendo como el Océano del Creador, alargamos Nuestros Brazos en el mundo de la Creación y con cada Partícula de la Conciencia sonreímos y regalamos la dicha suprema a las criaturas encarnadas capaces de percibir.

»De esta manera, gradualmente, aprendimos a vivir siendo el Océano.

»Y luego Yo ya no tenía que encarnarme para el auto-desarrollo, porque Me desarrollaba desde entonces en cada ser encarnado de Mi Existencia Infinita y crecía en cada vida que absorbía luego en Mí.

»¡Y así Yo vivo ahora!

 

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